LOS IMPRESCINDIBLES
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Como ejemplo de gran hispanista
John H. Elliott nos ha enseñado las grandezas y las tribulaciones de nuestro siglo XVII, los límites de la famosa decadencia, el movimiento de la gran máquina de una Monarquía que se extendía por ambos mundos, el brillo de las artes y la corte, y todo ello a través de los hombres de carne y hueso. Ha iluminado una región fundamental de la historia de España, y no lo ha hecho por aquella visión desapasionada que se ha atribuido a los hispanistas, sino por declarada pasión. Elliott ha recordado muchas veces cómo empezó su vocación, ante el cuadro velazqueño del conde duque, en el Museo del Prado, a mediados del siglo pasado; cómo no pudo evitar sentir simpatía por aquellos hombres de la Monarquía, que tanto oyeron hablar de «declinación»: algo de lo que él también oyó hablar en la Gran Bretaña de su juventud. Nunca se le ha ocultado que la propia vida debe alimentar la ciencia histórica. Sus últimos libros sobre el mundo Atlántico o Escocia y Cataluña han causado mucho revuelo en los círculos de pretendido «prestigio», pero quienes amamos la historia sospechamos que son menos valiosos, y que sus mejores libros son los que beben del primer entusiasmo personal por el mundo de Felipe IV y su gran valido.
El conde duque de Olivares es una de las grandes obras de la historia de España, sobre las instituciones de la Monarquía, sus problemas, los grandes hechos de la economía y la política entre los siglos XVI y XVII, sin perder vista de la vida personal de los protagonistas. Lo mismo encontramos, acaso más plenamente, en Richelieu y Olivares, que contrasta en pocas páginas los dos mundos, los dos tipos de hombre que se enfrentaron a mediados del siglo XVII –desde lo más íntimo hasta las armas– y que en buena medida decidieron suerte de Occidente. John Elliott no se deja arrastrar por fatalismos; demuestra la pujanza de la Monarquía aún en plena guerra de los treinta años; describe numerosos temas complicados sin abandonar la narración, la forma propia de la Historia, sin olvidar nunca el papel de la libertad y la importancia de cada persona. La España imperial es probablemente el mejor manual de la historia de España entre los siglos XVI y X VII. Y Un palacio para el Rey, escrito en colaboración con el gran Jonathan Brown, es el mejor libro para descubrir la otra faceta de Felipe IV y el conde duque, sin duda la más perdurable: la pasión por las artes. Recomendamos también La rebelión de los catalanes, que desentraña las causas verdaderas de la famosa rebelión catalana de 1640, uno de los hechos más aireados y burdamente manipulados por el nacionalismo, y, por tanto, uno de los libros más necesarios para la España de nuestro tiempo.
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Para estudiar Filosofía de verdad
Historia de la filosofía, de Julián Marías (Alianza, Madrid). Cuando Lolita Franco no era aún ni siquiera novia de Julián Marías, ella y unas compañeras le pidieron a Julián cuando este tenía diecinueve años, que les diera clase para preparar el difícil examen intermedio, que había que aprobar para poder seguir los estudios en la mítica Facultad de Filosofía y Letras de la que era decano García Morente y en la que enseñaban Zubiri, Ortega, José Gaos o Pedro Salinas. Aquellas alumnas sin respeto alguno por su profesor primerizo, que les explicó la Historia entera de la filosofía, hicieron de Marías el escritor, profesor y conferenciante que llegó a ser: el examen les resultó muy bien; vinieron nuevas alumnas para el año siguiente, pero las más interesadas eran las que ya habían aprobado, que quisieron seguir asistiendo a aquellas clases. Al acabar la guerra civil, Julián Marías, recién salido de la cárcel, vivía en una especie de muerte social ante el régimen: las aulas universitarias y la mayoría de periódicos y revistas le estaba vetados. Lolita, que se acabaría casando con él dos años después, le enseñó a Marías sus cuadernos con los apuntes de aquellas lecciones en la facultad. Fueron el germen de este libro que desde entonces ha sido un enorme éxito editorial, que ha ayudado a varias generaciones a entender por primera vez la filosofía y les ha invitado en cada página a ir más allá. Queriendo denigrar a su autor, un catedrático dijo años después: «Ese libro lo entienden hasta las porteras». Cuando se lo contaron a Julián Marías, este respondió que era el mayor halago que le habían hecho a su obra. Para su propio maestro, Ortega, «la claridad es la cortesía del filósofo».
Sería genial acompañar este libro de la Biografía de la filosofía, del propio don Julián, y de las Lecciones preliminares de filosofía, de don Manuel García Morente. Además, y aunque estén agotados se pueden conseguir de viejo, Marías publicó tres tomos con una antología de todos los filósofos más importantes de la Historia: La filosofía en sus textos (ed. Labor, 1950).
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Para saber Historia de España
España, tres milenios de Historia, de Antonio Domínguez Ortiz (Marcial Pons, Madrid, 2020). El catedrático de instituto y gran especialista en la Edad Moderna, don Antonio Domínguez Ortiz, antes de morir, nos dejó en herencia esta rigurosa, apasionante, clara, templada y veraz Historia de España, desde Roma hasta la Transición, en un solo volumen breve, abarcable; que se puede leer salteada o en orden, a la que hay que volver una y otra vez en la vida. Debería ser el manual de los alumnos de segundo de bachillerato si la educación no se encontrase en tal estado. La Historia contada y explicada. Los que estén más verdes en Historia o en lectura, la pueden acudir antes a la Pequeña Historia de España, del también catedrático de instituto, don Manuel Fernández Álvarez, perfecta para empezar a cualquier edad.
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Para entender España e Hispanoamérica
España inteligible, de Julián Marías (1985). Hay quienes sostienen que es morboso y señal de debilidad que una nación se haga cuestión de su propio ser; pero Julián Marías afirma en su obra lo contrario: la preocupación de España por sí misma es señal de vitalidad y autenticidad. España, europea, trasatlántica, el primer estado-nación de la era moderna, pronto convertida en una súper-nación: la Monarquía Hispánica, no es una rareza ajena a la Historia del resto del mundo, sino una de las naciones que más decisivamente ha contribuido a hacerlo.
Muchos y egregios han sido los libros que se han preguntado por España, desde el propio Cervantes, en muchos momentos de su obra, Quevedo, el propio Felipe IV, el padre Feijoo, Jovellanos, Larra, Unamuno, Maetzu, Azorín (Una hora de España), Ortega (España invertebrada), Antonio Machado, Salvador de Madariaga (España), Ramón Menéndez Pidal (Los españoles en la Historia y Los españoles en la literatura), y muchos otros; de hecho, la propia mujer de don Julián publicó una antología de textos (Dolores Franco: España como preocupación). Todos ellos están leídos y repensados por Marías justo cuando ya se había consolidado la Transición y España acababa de dejar atrás algunos de sus años más grises.
España inteligible (“inteligible” significa que se puede entender) lleva el subtítulo: Razón histórica de las Españas; Ortega había descubierto la “razón vital”, como método para explicar “mi vida”, la de cada cual; para explicar la vida de una sociedad, la razón vital se convierte en “razón histórica”, de la que España inteligible resulta ser su mejor aplicación.
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Para conocer a EL CID
El Cid Campeador, de Ramón Menéndez Pidal (1950). Número 1.000 de la que fuera fabulosa Colección Austral, de Espasa-Calpe, y que se ha tenido muchísimo cuidado en no reeditar: ¿cómo se va a reeditar, ni siquiera con la excusa del centenario o de series más o menos ridículas este breve libro de Historia, que es casi una novela, en la que se califica al Cid de: «Héroe español en el sentido más pleno (…), restaurador de cristiandad y europeísmo…(que estableció) la superioridad de la España europea sobre la España islámica»? Todas esas grandes verdades son hoy anatema. Lo podéis encontrar de viejo.
Nadie supo más ni mejor del Cid que don Ramón, al que le debemos que la lectura del poema del Cid se convirtiera en algo normal entre los españoles y los que aprendían nuestra lengua (¿sigue siendo así?), que disfrutáramos de nuestra herencia de 1.000 años de lengua española. Algo parecido hizo casi simultáneamente otro gran héroe intelectual, J.R.R. Tolkien, con la primera gran obra de la literatura inglesa (que no en inglés porque ellos no tienen nuestra suerte), el Bewoulf (germen, en parte, de The Lord of the Rings).
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Para saber de nuestro teatro
Historia del Teatro Español (2 vol.), de Francisco Ruiz Ramón (1967). Dos breves y manejables volúmenes de bolsillo que contienen, el primero: la mejor explicación del teatro español desde sus orígenes, con el Auto de los Reyes Magos, del siglo XII, hasta el siglo de XIX, pasando por cómo Lope de Vega inventa el teatro nacional español y todo el Siglo de Oro hasta el neoclásico y el teatro romántico; el segundo tomo, algo menos inspirado, pero también luminoso, incluye la Edad de Plata de la cultura española, y los nuevos dramaturgos que fueron surgiendo hasta finales de la década de 1960. Por desgracia, hay que conseguirlo de viejo.
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Herramientas para usar bien el español
Para entender y saber usar la lengua española uno debería tener en su mesa unas herramientas mínimas imprescindibles… ¿incluso en mitad de esta revolución digital? Especialmente en esta tesitura.
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La mejor traducción para leer el primero de los grandes libros, que son dos:
La Ilíada y La Odisea, de Homero, es la de Luis Segalá, que afortunadamente sigue reeditando en su colección de bolsillo, Austral, la editorial Espasa-Calpe. De modo que la mejor edición (a no ser que se domine el griego arcaico) resulta ser la más barata. Solo en esta traducción pueden leerse tan bien traídas al español las palabras del poeta ciego: «Los aqueos, de doradas grebas»; «Telémaco, de cuerpo igual a un Dios»; «el ponto, que abunda en grandes cetáceos»; «la soledad que de ti siento»…
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El mejor libro para aprender del más inspirador de nuestros reyes
Carlos V, un hombre para Europa, de Manuel Fernández Álvarez. Catedrático de Instituto, profesor vocacional de clases siempre divertidas, don Manuel dedicó la vida a estudiar sobre todo al inverosímil Carlos. Al final, destiló un libro de bolsillo (Colecc. Austral, Espasa-Calpe), que tuvo un éxito arrollador durante años (se vendía hasta en las gasolineras), y se sigue editando. Quizá no hay mejor libro de Historia académica para iniciarse en el estudio profundo de la Historia. Porque «cuando estamos construyendo una Europa unida, es imprescindible que los europeos tomemos conciencia de nuestro pasado, de todo lo que nos une; de todo lo que, siglo siglo, ha ido forjando nuestra personalidad. Y en este orden de cosas, la figura de Carlos V adquiere un particular valor, tanto por su increíble esfuerzo en pro de Europa, como por la carga ética con que asumió sus funciones de gobernante, incluso en la hora en que decidió despojarse del poder. Pues el soberano de alemanes y españoles, de belgas y holandeses, así como de tantos italianos, y de los que pueblan las espaciosas Américas, entre Río Grande y la Patagonia; el que defiende a Viena frente al turco o el que promueve una y otra vez la unidad de la cristiandad, no puede caer en el olvido.»
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Para empezar a saber de las varias guerras que se solapan ”entre y en” Israel y Palestina
Oh, Jerusalén, de Dominique Lapierre y Larry Collins, pareja de periodistas y escritores que, en 1971, publicaron esta especie de reportaje histórico novelado que, partiendo de 1947, con la votación en la ONU, y de la declaración Balfour de 1917, se remonta hasta el año 70 y el comienzo de la pérdida de Jerusalén por el pueblo judío, hasta la década de 1970. Un libro didáctico y ecuánime, muy entretenido. Un lugar perfecto para comenzar sin caer en la politización o el adanismo.
Esencial para tener una vivencia de aquella fundación del Estado de Israel, del agravio palestino el sionismo, los kibutz… es la película Éxodus, de Otto Preminger (la tenéis en nuestra sección “For the fun of film”), de 1960, es imprescindible, como película y como documento, con algunos de los mejores actores del momento, incluido Paul Newman en estado de gracia.
Por último, las crisis recurrentes de Israel y Palestina no se entienden sin lo que explicaba en su página Juan Pedro Quiñonero, escritor y periodista, quien explica cómo la guerra incluye una guerra civil DENTRO de la propia Palestina, en la que están los palestinos atrapados y de la que también son responsables.
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Para saber de la Guerra Civil española (1936-1939)
Sin caer en exaltaciones neo-franquistas, ni en la censura y manipulación de la llamada “Ley de la Memoria histórica o democrática”, que en realidad busca denigrar la que fue, precisamente, la superación de la guerra y sus consecuencias: la Transición española.
El escrito esencial es el breve ensayo de Julián Marías: «¿Cómo pudo ocurrir?», editado hace poco por la Ed. Fórcola en un tomito, e incluído en varios libros recopilatorios del propio Marías, así como en la que sigue siendo la mejor (a pesar de algunas carencias que nuevos documentos han sacado a la luz) historia de la guerra: La guerra civil española, de Hugh Thomas, en una de sus antiguas ediciones ilustradas por entregas. Don Julián resume la guerra y su resultado en esta frase lapidaria: «Los justamente vencidos; los injustamente vencedores».
Son impagables los cuentos de la guerra, que escribió Manuel Chaves Nogales, recogidos en el volumen A sangre y fuego (disponible ahora en Libros del Asteroide), que todo el mundo debería regalar y leer: «Y murió batiéndose heroicamente por una causa que no era la suya. Su causa, la de la libertad, no había en España quien la defendiese», dice de uno de los personajes. El cuento «Los guerreros marroquíes», ayudará a muchos a comprender a los hombres de allí, y nuestra peculiar relación con ellos.
La obra de teatro del gran Fernando Fernán Gómez: Las bicicletas son para el verano (1977), y la magnífica película que de ella hizo Jaime Chávarri, permiten a los más jóvenes una vivencia del Madrid en guerra y entender que –como el protagonista, Luisito, al que le ha quedado la Física de lo que hoy sería segundo de bachillerato, y por eso le coge la guerra en Madrid– los que se vieron en mitad de una guerra eran gente como ellos, y que se esperaban una guerra semejante tanto como se la pueden esperar ellos hoy.
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Para empezar a estudiar Economía, Historia de la Economía y Hacienda pública, aplicadas a España
Es muy didáctico y se puede entender con unos conocimientos mínimos, el libro de Juan Velarde Fuertes: Cien años de economía española (ed. Encuentro, 2009). La economía mundial, desde finales del siglo XIX hasta hoy, con sus hitos, crisis, instituciones, autores y corrientes del pensamiento económico se van explicando de forma clara. Es un perfecto manual de estudio y libro de lectura.